Veus d'ultratomba que a voltes m'assetgen

Llegeixo un llibre fascinant anomenat Confesiones de un editor, escrit, atenció, l'any 1905, per l'editor nord-americà Walter Hines Pages. Em permeto deixar aquí algunes de les seves reflexions, sense mostrar cap més opinió que la del propi Hines. Aquest llibre ha estat editat per JPM Editores, i l'ha traduït Juan Pérez Moreno. El llibre té moments estel·lars —«Un informe sobre el manuscrito de una novela redactado no hace mucho tiempo por un lector "literario" terminaba con la siguiente frase: "Esta novela es lo suficientemente mala como para tener éxito" [...]»—, i capítols de noms realment curiosos —«El éxito de los "malos" y el fracaso de los "buenos"», «Una tribu quisquillosa» (dedicat a la naturalesa dels escriptors), o fins i tot un capítol dedicat a la tan actual autoedició, «Imprimir a costa del autor». El fragment que he escollit pertany al capítol potser més interessant de tots, «La ruinosa política de unos derechos de autor demasiado elevados», on no només parla del que ve a continuació sinó que explica força clarament la formació del preu del llibre, ara que tothom té una opinió aparentment formada sobre l'assumpte, quan només demostren la seva valenta ignorància una i altra vegada. 

«Ésta es la verdadera historia de un buen escritor de narrativa. Comenzó de la forma más prometedora posible. Su primer libro, de hecho, hizo que varios editores de los que no dudan en abordar directamente a los autores —una práctica que no se recomienda en otras dignas profesiones— quisieran hacerse con sus servicios. El editor de su primera obra le ofreció un diez por ciento en concepto de derechos de autor. Para el segundo exigió más. Un editor rival le ofreció el veinte por ciento.* Este segundo libro también fue un éxito. Sin embargo, mientras tanto, el autor había oído el canto de sirena de otras editoriales. Había conocido a otro escritor de cuyas obras —que eran mejores que las suyas— se habían vendido más ejemplares. Por supuesto, nuestro autor no concebía que la diferencia en las ventas tenía que ver con la calidad literaria de los libros: para él, su amigo tenía un editor mejor, así que no renovó el contrato. Su tercer título, por tanto, fue publicado por otra editorial, que le ofreció una promoción más llamativa. Pues bien, ese editor se arruinó. Su fracaso, como demostraron los informes de suspensión de pagos, tuvo como causa un gasto excesivo en publicidad improductiva.

Y así, encontramos entonces a nuestro autor con tres libros, cada uno publicado por una editorial distinta. ¿Qué debería hacer con el cuarto? Volvió a su segundo editor que, naturalmente, había perdido todo el entusiasmo por un autor de ese calibre. En resumen, este hombre ha publicado con cinco editoriales diferentes, y ninguna lo tiene en su lista de clientes especiales. En cierto modo, todos sus libros están desatendidos. Ninguno ha ayudad al otro. No ha obtenido ningún resultado como recompensa de su trabajo. Se ha convertido en una especie de «perro callejero» en el mundo editorial. No tiene estrechas relaciones con ningún editor y su producción literaria ha decaído considerablemente. Disgregó su influencia y ahora está pagando un castigo natural.»

*No conec cap editorial que pagui més del 10% a un autor, així que això del 20% de drets d'autor ho podem considerar un dels diversos anacronismes que per força ha de tenir un text d'un editor de fa cent anys. Però si hi pensen bé, veuran que hi ha alguna forma encoberta d'engalipar a un autor amb una quantitat de diners superior al que ordena la lògica del mercat i el sentit comú, promoguts en la majoria dels casos per grups editorials que estan a punt d'arruinar-se.